La prueba se realiza habitualmente en régimen ambulatorio y con anestesia local aunque en ocasiones puede optarse por realizarse bajo sedación.

Si la prueba se realiza con anestesia local, gel anestésico sobre la uretra para minimizar las molestias derivadas de la introducción del cistoscopio.

Si la prueba se realiza bajo sedación, se le introducirá una cánula fina en una vena del brazo y el anestesista iniciará la sedación.

A través del cistoscopio se introduce agua o suero fisiológico hasta llenar la vejiga para permitir al médico una mejor observación de su superficie interior. Ante el hallazgo de algún tejido anómalo, el urólogo puede decidir tomar una muestra o biopsia a través del cistoscopio. Cuando se infunde el suero salino en la vejiga el paciente puede sentir el deseo de orinar; sin embargo, debe permanecer llena hasta completar el estudio.

En todos los casos es una prueba rápida de una duración media de 15 a 30 minutos.

No se requiere preparación específica, salvo que se realice con sedación.

Durante los tres días siguientes a la cistoscópia puede presentar molestias al orinar, sensación de ganas de orinar muy frecuentes o ligero sangrado en la orina.

Se le pedirá que beba abundante líquido para diluir la orina y reducir el escozor al orinar.

También se puede recomendar un baño tibio de asiento para aliviar las molestias urinarias.

Si los síntomas son muy intensos, persisten más de 3 días al orinar o presenta sangrado en la orina importante o fiebre, es conveniente consultar al médico para identificar posibles complicaciones.

Si se va a practicar la prueba bajo sedación debe venir acompañado, e incluso si se va a realizar la cistoscópia sin sedación, es conveniente venir con alguien.

El resultado de la cistoscópia se conoce una vez finalizada la misma. Si se han tomado biopsias y/o citología, se deberá esperar varios días para tener el diagnóstico definitivo.